El sueño del chef
Desde niño, cuando su madre y él veían los programas de Arguiñano, Jacinto siempre soñó con ser un gran chef. Uno de esos enfundados en sus casacas de doble botonera y con su nombre bordado en el pecho.
En cuanto alcanzó la edad legal un amigo de sus padres lo admitió como friegaplatos en su restaurante. Se equivocó y lo tuvo que despedir pronto, se quedaban sin vajilla limpia a las primeras de cambio y rompía más de lo que fregaba.
Tampoco ayudó mucho el que metiera sus manos con restos de detergente en los platos que preparaban los cocineros. “Es para que evolucionen de menú del día a 3 estrellas Michelin” se defendía.
A pesar de estos contratiempos su entusiasmo no decreció con los años, por lo que sus padres lo matricularon en una escuela de cocina para que se formara.
Lo expulsaron pronto; no estudiaba las asignaturas teóricas, no seguía las indicaciones de sus profesores, era incapaz de colaborar con sus compañeros… y un incidente con el gas fue la gota que colmó el vaso. “Pocos genios han sido comprendidos en su época” argüía.
Parece que se resiten mis sueños de grandeza
Pero Jacinto no es de esas personas que abandonan sus sueños cuanto surgen las dificultades. Fue al banco y pidió un crédito. En condiciones normales no se lo hubieran concedido nunca, pero su pasión era tan grande que convenció a todo el personal de la oficina.
Alquiló un local, hizo una reforma y lo decoró a su gusto. Cuando estaba colocando el cartel luminoso de la entrada con el nombre de su restaurante sintió que su ilusión se había hecho realidad. No hay nada como creer en uno mismo para llegar lejos.
Ahora la vida de Jacinto discurre entre fogones, sartenes y ollas, gritando sus instrucciones a las casi treinta personas a su cargo. Aunque no dispone de muchos recursos, lo que le falta en equipamiento lo suple con pasión y desatando toda su creatividad en las elaboraciones que prepara cada día. Dos turnos de comida de lunes a domingo y cada jornada su comedor lleno de comensales fieles, todos ellos repiten.
Es lo que tiene la cocina de la cárcel, lugar donde pasará una buena temporada por intoxicar a casi todos los integrantes de una boda que celebró en su restaurante.
¡Ah! y aunque no tiene impreso su nombre sino un número, Jacinto también consiguió su chaquetilla.
#SueñosdeGloria
¡Me ha hecho mucha gracia!
ResponderEliminarMuchas gracias Gipsy. Eso es lo que pretendo, yo a todo le doy un toque de humor
Eliminar¡Me ha hecho mucha gracia!
ResponderEliminarJe, je. Es muy divertido y el final no te lo esperas. Felicidades.
ResponderEliminarMuchas gracias Bios Escritora, eso es lo que intentaba así que me alegro de que te haya divertido.
EliminarMuy bueno el remate, sorprende, aunque pensé, cuando leí carcel, que al banco lo habías robado. Saludos y suerte.
ResponderEliminarNo, no, Jacinto es pesado pero honrado. El crédito lo consiguió precisamente por ser plasta...bueno y el aval de sus padres, que los bancos no dan puntada sin hilo, je, je
EliminarNo hay mal que por bien no venga.
ResponderEliminarUn relato fresco y divertido. Me hizo sonreír.
Suerte con el concurso.
Abrazos.
Muchas gracias Lola, me alegra que te hiciera sonreir.
Eliminar¡Muy divertido! Tienes un estilazo. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarMuchas gracias Zó Yu, seguro que tu también tienes un estilazo propio.
EliminarUn saludo.
¡Pobre Jacinto! Con el empeño que le ponía al tema culinario. Me ha dejado un regusto amargo, como el que seguramente dejaba en sus platos tóxicos. Un relato divertido, ágil y con giro final. ¡Mucha suerte, Pedro!
ResponderEliminarGracias por leerlo Carol. Ya lo siento lo del regusto amargo, espero no haber sido el culpable de que tuvieras que ir a comerte un helado en plena operación bikini.
EliminarYa sabes que sin giro final, todo queda demasiado previsible. Un saludo.
Sinceramente, lo he leido 2 o 3 veces y me sigue haciendo reir!!!!
ResponderEliminarMe alegro, para eso lo he escrito, para hacer reir.
EliminarLéelo todas la veces que quieras, no lo vas a desgastar, je, je
A mi también me hace reir aunque ya lo conozco, pero soy el padre de la criatura, así que mi opinión no cuenta.
Gracias por pasarte por mi blog, allí contesté a tu mensaje, pero bueno, hago lo propio y también te deseo suerte en el concurso. Sí que me ha hecho sonreír tu relato. Te invito a seguir mi blog y a comprar alguna de mis novelas en: http://www.bubok.es/autores/BOKUSU (algo de humor hay en ellas y de amor, amistad, etc.). Salud.
ResponderEliminarGracias Margarita, que no falte el humor y el amor en tus escritos
ResponderEliminarOstras, no me esperaba el final, que buen giro ;)
ResponderEliminarGracias Evie, me alegro que te sorprendiera.
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