Cuestión de confianza
¡Como para fiarse del resto!
Un ejemplo típico es el banco.
Toda la vida en la misma sucursal, año tras año siendo un cliente fiel, que
hasta hemos asistido a la jubilación de los que vimos entrar de becarios y conocemos
las fotos de bebé de los hijos ya emancipados de los empleados.
En casa, todos
los juegos de sartenes, cazuelas, robots de cocina y relojes que han regalado
con cada domiciliación, seguro o plan de pensiones… y van y nos la clavan:
“invierte en este producto que sólo se lo ofrecemos a los clientes VIP como tú.
Es lo más rentable que existe en estos momentos” y efectivamente, rentable para
que cumplan sus objetivos y cobre el bonus, porque para ti, ya se verá. A ver
si es que VIP es Very Imbécil Person y nosotros sin saberlo.
Fíate de mí, es la mejor inversión ...para que no me despidan claro.
Y qué decir de las preferentes. Si es que
hasta te engañan con el nombre, porque cuando uno escucha que lo llaman
preferentes, se entiende que tenemos preferencia en algo, pero resultó ser que
la única preferencia estaba en la ruina. Un genio el que las denominó
preferentes cuando en caso de quiebra, el propietario de las mismas es el
último en recuperar su dinero, pero con ese nombre ¿quién iba a sospechar?
Un cliente preferente como Ud. me comprará unas cuantas ¿no? Son de fiar.
Tampoco puedes fiarte de los
vendedores de pisos. Todo son primeras calidades, perfectamente aislados, la
mejor orientación…hasta que empiezas a vivir y descubres que muy aislado no
debe estar cuando escuchas el ruido del ascensor y al vecino tirar de la cadena
o cantar en la ducha.
La orientación sigue siendo igual de buena, pero las
vistas al parque que te enamoraron cuando visitaste el piso piloto, desaparecen
en cuanto arranca la promoción de enfrente, que no son chalecitos unifamiliares
como aseguraron, sino un bloque más alto que el tuyo.
De la misma manera el
buen rollito que hay en la primera junta de vecinos, esa en la que todos
estamos con la ilusión de estrenar piso, brilla por su ausencia a los pocos
meses con los portazos de uno, la música del otro, el perrito que ladra…
En mi
caso, como argumento de venta, me aseguraron que abrirían un Mercadona en la
esquina, y eso si se cumplió, aunque no fue mérito del promotor claro.
Fíjese qué vistas...ya pero esas las pone la naturaleza, no me las cobres
Las compañías de seguros tampoco
son muy de fiar. Siempre existe letra pequeña que es la que aplica en caso de
necesitarlos. Eso sí, por coberturas que no quede.
El mío de hogar me cubre los
desperfectos en el jardín, que vivo en un tercero y no tengo mas que un par de
tiestos, y los daños que provoque la mascota, que tampoco tengo.
Eso sí, si
tuviera un perro y mordiera a alguien, seguro que la letra pequeña dice que el
seguro no se hace responsable si el animal no ha hecho sus necesidades
previamente, que ya se sabe que los perros están más alterados sin no han
aflojado el esfínter.
Conozco una persona a la que le dieron un golpe por
detrás un coche cuyo pobre conductor sufrió un infarto al volante. La compañía
de seguros no se quiso hacer cargo del daño, su excusa, argumentaron que dado
que su cliente había muerto de un infarto segundos antes del impacto…dejo de
ser su cliente.
El muerto al volante ya no era cliente de esta aseguradora
De las compañías de telefonía y
energéticas, ¡qué vamos a contar que no se sepa!
Hacerte cliente es la mar de
sencillo, una llamada con un empleado agradabilísimo es suficiente. De hecho,
un compañero de la oficina cansado de las llamadas de los agentes comerciales,
una vez ante la pregunta:” es Ud. el titular de la línea” respondió: “no, yo
acabo de robar el móvil”, y aun así trataron de venderle una superoferta.
Qué confianza me da esta compañía...cuando me doy de alta
Dejar de serlo, es otra cosa. Comenzamos
hablando con el departamento de bajas, pero si nuestro descontento es por el
precio, nos pasan antes con el departamento de ofertas.
Si es por el servicio,
nos pasan con el departamento técnico. Cuando al final les queda claro que nos
queremos ir, nos pasan con el de satisfacción al cliente que nos quiere hacer
una encuesta, y todo ello mientras nos hemos escuchado unas cuantas veces la
misma musiquilla machacona. Que digo yo, que si lo que queremos es irnos, será
porque nuestra satisfacción no es muy grande.
El móvil lo acabo de robar, pero me interesa su oferta de roaming
Y qué decir de las personas. Es
de lo que menos y sin duda la causa de que todo lo anterior sea de poco fiar.
En el trabajo, identifica y desconfía de los jetas que, en el reparto de tareas,
te enchufan el más tedioso y ellos se centran en el que más luce. Lo mismo de
los jefes que te dan largas cuando les pides un aumento: “este año, con las
ventas que hemos tenido, va a ser difícil, pero tranquilo que para el próximo,
eres el primero de la lista”.
Y ya que hablamos del trabajo, ni de lejos te fies de las soluciones que te ofrecen esos servicios de consultoría que prometen ser el remedio a todos tus problema. Solo sirven para que te dejen el marrón de implantar sus "maravillosas" propuestas.
Con esa corbata aparentas mucha credibilidad
Entre los amigos, no te fíes de
los que siempre te dan la razón y dicen que la chica que te mola está por ti y
que sigas metiendo ficha. “si es que yo ya lo veía venir, pero no quería que
perdieras la ilusión…”
Pero ¡pedazo de imbécil!, al menos hubiera perdido sólo
la ilusión, y no también la dignidad. De las parejas que juran amor eterno, ni
el que lo hagan delante del cura o estampando su firma, tampoco es garantía de
nada.
Pues no dices muy convencido eso de amor eterno
Pero este tema de las personas
poco fiables lo tienen mucho mejor estudiado en el artículo que os dejo a
continuación.