Vamos a la playa
Durante el mes de agosto, que me
lo he ganado a lo largo de todo el año, he pasado unos días en la playa. Yo
siempre he sido más del norte, porque no llevo muy bien el calor, pero tampoco
me entusiasma pasear por la playa con el plumas y las katiuskas.
El Norte es
muy bonito, pero lo dejamos para otras épocas que si te sale el día soleado te
llevas una alegría, y si llueve, ¡es lo que esperabas, no! Hace unos años
encontré el equilibrio perfecto, las playas atlánticas de Cádiz, donde disfrutas
de sol y calorcito sin exagerar, aunque a veces sufras el viento de levante.
No sé yo, sin con el calentamiento global estó variará, pero de momento así nos toca vivirlo.
Qué bonita la costa del norte...cuando deja de llover claro.
A lo largo del año, con una
compañera de la oficina con la comparto muchos momentos de cafés, hemos hablado
de la decrepitud del cuerpo humano. Hay en la empresa una yogurina, que está
estupenda y mi amiga siempre me dice que habría que verla en bañador, que la
cosa cambia mucho.
Yo, como tengo mucha imaginación, la concibo perfecta, así
que casi diría que prefiero no encontrármela paseando por la playa porque se me
caería un mito.
Porque cuando estás en las zonas de vacaciones y sales por la noche,
se ven siempre mujeres guapísimas con unos tipazos de escándalo. Los tíos
también mejoramos, y es que la moda y sus complementos engalanan nuestros
cuerpos de una manera tremenda. Yo ahora hasta empiezo a sentir respeto por
los diseñadores de moda.
Lamentablemente todo cambia a la mañana siguiente con
la prueba del bañador, que muy pocos superan. Las mujeres que parecían tener
una figura estilizada y firme como un angelito de Victoria’s Secret, ahora que
se han quitado las alpargatas con cuña, el wonder-bra, los pantalones push-up, el
peinado y el maquillaje; aparecen paticortas, con el culo y delantera descolgados
y con inicios de celulitis.
Llegamos al mar...a lucir mollas por la orilla
Entre los hombres, los que con ropa parecían Adonis
griegos, son ahora unos tipos llenos de verrugas por todo el cuerpo, con moreno
agroman incluidos calcetines “blancos” y por supuesto con su barriguita
cervecera bien peluda.
Sin embargo, dentro de esta
decrepitud, hay algo que me resulta muy gracioso. Ver en la playa alguna mujer
muy morena jugando a las palas y cuando se agacha a recoger una pelota
perdida o a hacer castillos de arena con el niño…aparecen esas dos franjas blanquitas en una zona que no describo porque
todos sabemos a dónde me refiero. ¡La maldita gravedad!, que todo lo descuelga.
Por equilibrar, decir que ese mismo efecto es mucho más exagerado con las
barrigas colgantes de los tíos, pero como estas reposan sobre el bañador, sólo
a los nudistas se les nota.
No cariño, que no me agacho a hacer castillos de arena contigo
Pero no todo está perdido. Al
igual que existen complementos para adornarnos cuando vamos vestidos, también
los hay para nuestra piel, los tatuajes, y de esos he visto mogollón estos
días. Os comento los más curiosos.
Uno de los más típicos es ponerse
los nombres y las fechas de nacimiento de los hijos, preferiblemente si se
llaman Jonathan o Kevin. Por supuesto que molan más si se graban en números
romanos, pero antes hay que asegurarse de que se han buscado bien, porque
MMVIIII no existe, ni aunque te llames Jonathan.
Si el chaval vino a este mundo
en 2009, lo correcto es MMIX. Quizás es que el hijo anterior nació en 2007 y
por lógica, 2 años más, pues 2 palitos más y arreglado.
Recordar a los padres es también
frecuente, pero esta vez en lugar de fechas, se tatúan directamente sus caras,
y además de mayorcitos, que es cuando el susodicho decidió inmortalizarlos en su cuerpo.
Si los señores ya no estaban en su mejor momento y como con los años la tinta se difumina, el resultado;
para no dormir. Si además añadimos unos kilitos de más en el “lienzo”, acabamos
con una señora, que fue delgadita, con unos mofletes de bebé.
Caramba, si yo recuerdo a mi madre más estilizada
Existen chicas que se escriben
frases encima. Luego, cuando intentas leerlas, el novio se mosquea porque
piensa que la miras a ella. Es como las que se ponen camisetas con mensaje y
cuando te fijas a ver qué pone, se ofenden porque piensan que observas sus
tetas. ¡Pues ponte una camiseta blanca, chica!
Un tipo que nunca falta son los
de motivos tribales; aztecas, mayas, egipcios, maoríes y civilizaciones perdidas. Una
vez escuché en un programa de esos de cadenas raras, “L.A. ink”, que estos ya no
se llevan, pero me vas a contar cómo te adaptas a las modas en algo que te has
puesto para “toda la vida”.
Como voy a molar en la playa con mis tatuajes...!de hace 5 temporadas!
Si los pantalones de campana dejan de llevarse, los
tiras. Si el pelo cardado pasó de moda, cambias de peinado al mes siguiente
¿pero moda en los tatuajes? Si todavía se ve por ahí algún legionario con un
borrón en el que se intuye el “amor de madre” o marineros con el ancla.
Quizás el
remedio sea pintarse todo el brazo o la pierna de negro, que también los he
visto. Para un tatuador, que te pidan eso, debe ser como si a Van Gogh, le
pides que te ponga gotelé y te pinte de blanco la pared de tu salón.
Más
sencillo lo tienen los indecisos que
deciden hacerse hípsters. Entre que se animan y les crece la barba, si ya se pasó la moda, a afeitarse
de nuevo y solucionado.
Me he cansado de este tatuaje...pues borrón y ...borrón
Otros tatuajes curiosos que he visto este
año es una paloma de la paz, pero en lugar de llevar una ramita de olivo en el
pico, la llevaba de marihuana. “Paz y amor…y el plus pal salón”.
Otro tipo
llevaba la cara de Ronaldo en la espalda. Imagino que sería un madridista
acérrimo y decidió tatuarse el rostro de su ídolo. Ahora que Ronaldo ha cambiado
de equipo, será un “tifossi” Juventino, porque es más sencillo cambiar de
equipo que un careto tatuado.
De temas futboleros vi alguno más, como una
persona que tenía escrito “you will never walk alone”, que es lo que cantan los
aficionados del Liverpool a sus jugadores. Un poco más abajo tenía el escudo
del Betis, mostrando un auténtico hermanamiento deportivo.
Uno pintoresco que me llamó
la atención fue una cara que parecía como de una geisha…pero que perfectamente
podía ser la de Falete. El resto de sus dibujos tampoco me ayudaron a
decantarme porque no pude deducir si se inclinaba más por el tema oriental o el
flamenco.
Hasta en la playa... yo del Betis "manque pierda"
Tenemos que tener en cuenta
también, que con el tiempo la tinta se difumina y además “el lienzo” engorda o
se arruga. No es de tatuajes, pero recuerdo una anécdota que podría ser
equiparable.
Cuando estábamos en la universidad teníamos una profesora que se
fue un mes a un congreso a Chile. Como su sustituto era bastante malo, algunos
compañeros dejaron de ir a clase. Un día, en la cafetería de la facultad
hablando con uno de ellos:
-Por cierto, ya ha vuelto Marta. Además, hoy venía con una camiseta con el mapa del país estampado.
-Ah, pues en lugar de en Chile
¡parecerá que viene de Brasil!
Y es que la buena de Marta, era
un tanto gordita.
Debo haber engordado un poquito, la camiseta de Chile parece de Brasil
Tatuajes que no pueden faltar
nunca son las letras chinas o árabes. Esos que se piensan que se han puesto su
nombre en un idioma exótico y a saber lo que les han escrito encima. Un
compañero mío de la oficina, José Luis, se tatuó su nombre en el brazo en
letras chinas, ¡como si hubiera equivalencia china de José Luis!.
Cuando nos
visitó un oriundo de nuestra oficina de Shanghái, le preguntó si allí ponía realmente
su nombre. Respondió que podía intuirse que sí, pero que había un rabito que
debería estar más hacia arriba porque hacia abajo ya significaba otra cosa, que
no le quiso traducir. A saber lo que había escrito allí el cachondo del chino
tatuador.
Esto me hace recordar una anécdota de un director de cine inglés.
Estaba rodando una peli bélica de esas de la época colonial británica. En
una de las escenas, un guerrero zulú llegaba malherido y exhausto al
campamento británico, cae a los pies del comandante, que se arrodilla y escucha
las últimas palabras que dice el guerrero antes de morir.
Como era tan sólo una
frase, el director le pidió al actor que dijera lo que le diese la gana en su
idioma porque eso no se iba a traducir. Cuando se estrenó la película, discurrió
con normalidad en todos los países, pero en Sudáfrica, en el transcurso de esa
escena dramática el público estalló en carcajadas. El director le preguntó a
un amigo suyo, que había vivido muchos años en África, que por que se
desternillaba de risa la gente en una secuencia de un fallecimiento. Le
respondió, que el guerrero, lo que decía al morir era “creo que me pagan poco
por este papel”. Es lo que tiene no saber idiomas.
Con este salario... ni me llega para ir al mar en vacaciones
Y ya para acabar, no podían
faltar tatuajes de los personajes de moda. El que me dejó flipado fue uno de
Daenerys y Jon Nieve de Juego de Tronos mirándose el uno al otro con sus caras habituales, ella
con un tono inexpresivo y él, con la cara de estreñimiento que le ha
caracterizado casi toda la serie.
Como parecían dos tortolitos, podían haber
estado rodeados de un corazón, pero no, eso sería demasiado corriente, mejor
tatuarse… ¡uno de los dragones! Al menos al chaval le quedaba espalda en blanco
para el próximo éxito de HBO.
Este verano yo me tatúo algo de una serie turca
Y esto es todo del veraneo de
2019. A ver si al próximo año, vuelvo a ver cuerpos decadentes en las playas
del sur…y os lo cuento.