Choque cultural del turismo en España

 

Diferencias culturales con los guiris

 

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Cada año nos visitan muchos extranjeros, unos lo hacen atraídos por nuestras playas, otros por la historia y el arte, otros cuantos interesados en aprender el idioma o de Erasmus y muchos para beber a bajo coste. Lo que queda claro es que existe un choque cultural que nos diferencia de los guiris y, que en algunos casos da lugar a la risa. Veamos algunos ejemplos.

 

¿Tendré mal la hora? El primer choque cultural

Una de las cosas que más sorprende a los guiris es que aquí lo hacemos todo más tarde. Salvo madrugar, que por mucha fama de vagos aquí nos levantamos como los demás, el resto de cosas las hacemos con retraso.

Los horarios de las comidas son terribles para los guiris. Pasan mucha hambre hasta que encuentran un restaurante abierto para poder comer. Y esta brecha cultural es algo que se sufre en ambas direcciones.

En uno de mis primeros viajes de trabajo a Alemania, recuerdo que teníamos 2 jornadas de ponencias que duraban todo el día. Comenzaban a las 8 de la mañana, a eso de las 10 o 10.30 se hacía el “coffee break” y a las 12.30 paramos de nuevo para el almuerzo.

¡Qué espléndidos son por aquí! Pensé. Sacaron bandejas de bocadillos, canapés y muchas más cosas. Yo, que estoy acostumbrado a tomarme a media mañana un café y un plátano, me dije, no voy a forzar mucho porque se me va a quitar el hambre para la comida. ¡Tonto de mí!

Cuando ya nos acercábamos a las 14.30, le pregunto al que tengo a mi lado:

—Oye, ¿aquí cuando se hace una pausa para comer?

—No, pero si ya comimos hace un par de horas ¿no estabas?

No recuerdo si respondí algo, pero la cara de idiota que se me quedó debió ser de órdago. Menos mal que encontré una máquina de vending con unas galletitas saladas y Toblerones. Esa fue mi comida de aquel día y, además, para que no pensaran que era un glotón o el tonto que está poco viajado y no conoce las costumbres centro europeas, me lo comí a escondidas en el baño.

 

No nos sentamos para comer, tómatelo con humor

Eso de comer de pie y en varios sitios es una cosa que les extraña, pero en cuanto prueban las tapas se apuntan los primeros a esta tradición.

Eso sí, no todas las tapas son aptas para cualquier paladar. Todavía recuerdo la cara de asco de una inglesa cuando le explicaron de qué era la que se había pedido.

El camarero, un sevillano con mucho arte y nulo conocimiento del inglés, se lo explicó muy clarito. Se llevó los dedos índices a las sienes, dijo “muuuu” y después se agarró las pelotas al más puro estilo Rubiales en el último mundial.

Sí, criadillas de toro se había pedido la buena chica. Ya no me acuerdo si acabó por hincarle el diente.

Además, esa costumbre de comer pequeñas porciones de cosas muy diversas está cada vez más extendida. No hay más que ver esos restaurantes tan estrellados que te hacen un menú degustación de 20 platitos, que no son más que 20 tapas de las de toda la vida, pero más pequeñas y con menaje de diseño. ¡Y se pensarían que lo han inventado ellos!

Si se te queda algo entre los dientes…un plato que te saltas, porque las cantidades no dan para mucho más.

 

Ferias y festejos, otra brecha cultural con los extranjeros

Otra cosa que también les sorprende pero que enseguida se apuntan ello. Hay infinidad de fiestas por toda la geografía española, pero si hay una más internacional que todas ellas, no cabe duda de que son los San Fermines.

Hemingway los popularizó entre los norteamericanos y, como debe ser lectura obligatoria en los colegios, pues como que les atraen mucho los encierros.

En nuestra empresa, en las fábricas americanas, existían unos incentivos para el equipo que tuviera un mejor desempeño durante el año. A los directivos se les ocurrió que el premio que más ilusión les haría a los trabajadores sería un viaje a España para ver los encierros en directo.

Durante esos días, entre los compañeros de oficina había una tradición. Lo primero que hacíamos al llegar al trabajo era mirar la crónica del encierro de aquel día. Si no hablaban de ninguna cogida de algún norteamericano podíamos estar tranquilos, no era ninguno de los nuestros.

Aunque todo sea dicho, algunos de ellos eran de un tamaño similar al del toro y con poca pinta de ser veloces. Yo creo que se aplicaron ese refrán tan español de ver los toros desde la barrera.

Tampoco lo de tirarse tomates lo ven con naturalidad, pero en cuanto se mezclan con el ambiente se lo pasan como niños. ¡A ver si correr detrás de un queso colina abajo es más normal!

Y la Semana santa, con la iglesia hemos topado

En España casi todas las fiestas tienen un santo detrás y la culminación es nuestra Semana Santa, una mezcla de devoción y folclore digna de ver.

Pasear imágenes de Cristos y Vírgenes tiene un pase, pero amigo, ¿qué me dices de los nazarenos y sus capirotes?

De niño, recuerdo una entrevista que hicieron a un jugador de baloncesto local que contó la anécdota de un compañero norteamericano que vino a jugar a la ciudad. Contó que, como buen anfitrión, lo llevó a conocer las tradiciones del lugar, entre las que estaba la Semana Santa. En cuanto vio a los nazarenos y su vestimenta, como era negro, echó a correr y no paró hasta llegar a casa.

Si es que los americanos, como se creen el ombligo del mundo, ni se molestan en ver cómo es el resto del planeta ni por la tele.

Y para prueba la que escuché a un baloncestista del Real Madrid (creo que Romay) que, en un viaje a Moscú, uno de los americanos atrancó la puerta del dormitorio por si le secuestraban por la noche, que los rusos odian a los yankees.

Que no hombre que no, que en Rusia lo peligroso es volar en avión, que tienden a explotar a mitad del vuelo.

Y volviendo la Semana Santa, tampoco los europeos, que conocen un poco más esta costumbre van muy finos. Una vez me hablaron de uno que preguntó que si los que iban descalzos era porque no les llegaba el presupuesto para calzado.

 

¡Qué atrevimiento! Si nos acaban de presentar

Y qué me decís de eso de plantarle 2 besos a la mujer que te acaban de presentar. Una costumbre muy latina que sorprende a los de norte, ya se sabe, por aquí estamos más calientes, o bueno, que somos más cálidos.

Siempre resulta muy gracioso ver la cara de algunas cuando el españolito de turno se acerca a besarlas. ¡La de cobras que he visto!

La verdad que saludar dando la mano queda un poco soso, como si fuera una presentación laboral, pero tal y como está el tema, mejor la sosería que una denuncia por acoso.

 

Más diferencias culturales ¿cómo se llama este hombre?

Los de tener un montón de apellidos es otra brecha cultural que nos diferencia del resto de países.

De hecho, a veces se piensan que nuestro primer apellido es nuestro segundo nombre, que eso  sí se lleva en sus países. A mí, que tengo nombre compuesto, me han llamado de todo, y no me refiero a insultos. Ni me molesto en corregir a ms colegas extranjeros, que me llamen como quieran…dentro de un margen, claro.

Y ¿qué hay de la utilidad de tener muchos apellidos? Yo uso mi tercer y cuarto para esas páginas web en las que en la recuperación de contraseñas tienes que responder una pregunta. Las probabilidades de que alguien fuera de la familia conozca la respuesta son casi nulas.

Para que luego digan que no estamos avanzados en derechos de la mujer, ¿en qué otro país la esposa conserva su apellido de soltera?

 

La siesta ¿barrera cultural o exportación exitosa?

Cada vez son más los científicos que se convencen de los beneficios de la siesta. Nada mejor que un pequeño descanso para seguir trabajando con mejor rendimiento. Eso sí, una ligera, no esas de pijama y orinal que decía Cela que se echaba.

Y no es que los españoles seamos mas listos que esos científicos que se rinden a sus bondades y las hayamos descubierto siglos atrás, no hace falta más que observar la naturaleza. ¿Qué hace el león en la sabana con ese calor? Pues dormitar todo el día y espabilar por la noche, para salir de fiesta.

Por el contrario, piensa en lo activos que se les ve a los pingüinos. Pues claro, que hay que moverse para entran en calor. De ahí ese tópico de que los nórdicos son más trabajadores, tan solo es que si se están quietos se quedan tiesos de frío.

Todavía recuerdo el día que me crucé con un guiri intentando encontrar una panadería abierta a las 4 de la tarde en verano. Con cara de cabreo, cuando vio que la que está debajo de mi casa, también estaba cerrada, le escuché decir palabras en su idioma mezclados con “siesta”

Pues sí majete, a las 4 de la tarde en verano en España, lo normal es que el panadero esté durmiendo un poco. ¿A ver si esa cuidad gris y oscura del norte de Europa de la que parecías venir encuentras alguna tienda abierta a las 8 de la tarde? ¡Pero qué vagos sois los guiris!

 

No tiene gracia cumplir años

Cuando llegas a cierta edad nadie quiere cumplir más, pero si las costumbres son tan raras como en España, pues mucho menos. ¿Qué es eso de tirarse de las orejas?

Entre niños queda gracioso, porque además son pocos tirones, pero tendrás que reconocerme que, a partir de la veintena ya comienza a ser una pequeña tortura.

Dicen que las orejas no paran de crecer durante toda la vida…con estímulos así, no es de extrañar.

 

Como en casa en ningún lugar, otro choque cultural

Otra de las diferencias que chocan a los extranjeros cuando llegan a España es lo que tardamos en marcharnos del nido materno. ¡Dónde vamos estar mejor!

Y cuando lo hacemos, a menos que haya mucha distancia por medio la independencia no es total, el tráfico de ropa sucia y tupers de comida es constante. Si es que las madres se preocupan mucho de nuestra alimentación, y no solo la de los hijos varones, que tampoco las mujeres de hoy en día cocinan demasiado.

Hace años tuve una profesora de francés parisina que había venido unos meses a vivir con su novio español...y con los padres de él, por supuesto. Nos contó que se fueron al cine a ver la película “Novia por contrato” en la que una madre recluta a una chica para que haga independizarse a su hijo, que ya molesta en la casa familiar.

Mi profe nos confesó que su novio no le veía la gracia a esa supuesta comedia porque no entendía el interés de la madre de que su hijo, de tan solo 35 años, se marchara de casa. Si es que los españoles somos muy familiares.

 

Y estas son algunas barreras culturales entre españoles y guiris. Si conoces alguna más, nos la cuentas en los comentarios y nos reímos todos. ¿Te parece?

 

 

 

 
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