El coronavirus desde otra perspectiva
No
quisiera yo trivializar con temas tan serios como una pandemia…bueno, que sí,
que trivialicemos, que para tristezas ya tenemos otros muchos foros y los
españoles somos así, nos reímos incluso de nuestra propia desgracia.
También
es conocida nuestra picaresca. Seguramente hayas visto la foto esa de cuando
todavía se podía viajar, de un conductor al que le para la Guardia Civil, y no
se le ocurre otra cosa que enseñar un cartel diciendo que padece coronavirus.
Si con eso pretendía que nuestros picoletos se asustaran, no conoce a la
Benemérita. Si es necesario le hacen soplar a distancia. Una multa por la
infracción de tráfico, otra por gracioso y otra más si en el cartel hay faltas
de ortografía.
¿Infectado de coronavirus?...no pasa nada, la multa te llega por correo
Pero
esta crisis también ha fomentado nuestro espíritu solidario. Antes era
imposible que un adolescente se ofreciera a bajar la basura o sacar al perro.
Ahora
la basura se saca 3 veces al día, al perro otras tantas y nunca faltan
voluntarios. Por no hablar de la cooperación entre vecinos, que hemos pasado de
tirarnos los trastos en las juntas por cambiar un aplique del portal, a estar
todos de acuerdo en comprar un perro comunitario para pasearlo por turnos. Si,
el pobre de la foto.
También
los ha habido que, sacando a relucir su espíritu emprendedor, han aprovechado
para alquilar su perro a 10€ el paseo, aunque soluciones las hay para todos los
bolsillos. Si no puedes pagarlo siempre te queda la opción de poner una correa
a ese peluche que ganaste en la tómbola y salir a la calle con él, que se ha
dado el caso. Gente con la jaula del canario no he visto, pero es probable que
alguno haya habido.
Una
de las cosas más curiosas han sido nuestras compras de cara al confinamiento.
No acabo de entender para qué es necesario tanto papel higiénico, ¡con lo que
ocupa! A mí, la cuarentena me ha pillado escaso de casi todo salvo de All-Bran,
que encontré una oferta la semana anterior. Pero claro, sin estar bien
aprovisionado de papel higiénico, no me atrevo a abusar de ello.
A por papel higíenico...si lo sé me compro un todo terreno en lugar del utilitario
Y
si curiosa es la cesta de la compra, también lo es la manera en la que se
aprovisionan algunas familias. Les habían dicho que se protegieran bien, que
este virus es muy contagioso…
Precisamente
por eso, por lo fácil que es el contagio hay que limpiarlo todo muy bien, pero
sin pasarse, porque yo el otro día froté la tele con gel desinfectante y me
desapareció La Sexta.
Lo
que queda claro es que esta pandemia va a poner a prueba muchos matrimonios. A
mí ya me están llegando convocatorias de solteras y divorciadas para aplaudir a
las casadas, ¡se lo están ganando! dicen.
Una vez leí en un periódico, que después
del verano aumenta el número de divorcios. Los psicólogos alegan que se debe a
que pasamos más tiempo juntos sin la rutina de todos los días.
Pues bien, si
romper la rutina marchándose a la playa, zambullirse en el mar, los paseos por
la orilla, esas paellas en el chiringuito…provocan tensiones matrimoniales, no
me puedo ni imaginar lo que va a ocurrir con este confinamiento, sin playa ni
chiringuito. No van a dar a basto los abogados matrimonialistas. Un montón de parejas
disputándose la casa, la custodia de los niños y el excedente de papel
higiénico, que es toda una inversión.
Pandemia, confinamiento y matrimonio, combinación "complicada"
Otra
cosa muy curiosa que se destapa en situaciones como esta, son las promesas que
no queríamos cumplir:
-¡Salir
contigo! cuando caiga una pandemia mundial como las plagas de Egipto.- Pues
vete poniéndote mona niña, que tu nuevo novio está al caer. O
-Ya
ordenaré el trastero cuando nos confinen en casa un mes sin fútbol-. Siempre te
quedará que repongan el glorioso España-Malta, pero yo en tu lugar iría
buscando la llave.
Esto
me hace recordar la anécdota, que creo ya conté en otro episodio, de Neil
Armstrong al pisar la luna que, además de su frase más famosa, también dijo: “Buena
suerte Sr Gorsky”. Y es que según él mismo contó años después, en su
adolescencia escuchó a sus vecinos en una discusión y a la Sra Gorsky diciendo:
“sexo oral, sexo oral…cuando el niño de los vecinos pise la luna” con la mala
suerte de que ese niño era el pequeño Neil.
Y
no podía faltar nuestro gobierno haciendo el ridículo. No importa el
acontecimiento, que siempre alguno se cubre de gloria, como es el caso de los
test rápidos que han salido un poquito defectuosos. Toda la vida escuchando lo
de “te engañan como a un chino” y resulta que la realidad es que el chino te
engaña como a un ministro español.
Hay quienes dicen que han usado uno de esos
test rápidos y les sale que va a ser niña. Otros dicen que son de Padrón, unos
fallan y otros no.
Pero
no todo van a ser malas noticias. Con el cambio de hora hemos tenido suerte,
nos han quitado una hora de confinamiento. Imaginaos que hubiera sido al
contrario. Así que ya queda menos para volver a salir a la calle.
Yo creo que
para entonces, algunos vamos a hacer como el Papa cuando llega a un país que no
ha visitado, nos arrodillaremos y besaremos el suelo. De momento no nos queda
más remedio que seguir en casa muy aburridos, incluso se han dado casos de
llamadas de compañías de seguros en las que ha acabado colgando el propio
teleoperador.
Confinado en casa...a ver si me llama alguién para venderme un seguro
Tampoco
podemos obviar las capacidades ocultas que desconocíamos y que ahora estamos
potenciando. Si consigues teletrabajar y acceder al material online de la
aplicación del cole mientras das de comer, haces estudiar, y mantienes vivos a
varios menores, te convalidan primero de telecos y te entrevistan para el Circo
del Sol.
Y no descartemos, que si los colegios siguen cerrados por más tiempo,
algún progenitor nacional encuentre la vacuna antes que los científicos chinos.
Mucho
ánimo y a reír que son 2 días… o 1 mes. Desde luego que mejor sería con una
cuarentona que de cuarentena, pero esto se pasará si todos respetamos las
normas.
En muchos sitios de Castilla hemos tenido que arrimarnos para cumplir
con la distancia de seguridad. Y recordad, que nuestro monarca emérito padeció
Corinna-virus y ahí sigue tan pancho. Eso si, los de los bares que vayan
aprovisionándose de cerveza para cuando salgamos, no nos pase como con las
mascarillas anti virus.