La próxima Navidad
Las luces del panel brillan con más intensidad, como si celebraran los días en los que nos encontramos. Los pasillos están iluminados con bombillas intermitentes de colores y adornados con guirnaldas y pinos de Navidad. Son las fechas y se hace todo lo posible para conservar el espíritu navideño sobre todo entre los más pequeños, que corren alegres por todos los rincones.
Hoy es Nochebuena y me encuentro programando las últimas instrucciones de vuelo de la nave que capitaneo.
El día de año nuevo de 2022, mis abuelos y otros 8 pioneros embarcaron en la misión espacial Saturno I con destino al planeta del mismo nombre. La superpoblación, el cambio climático, los populismos…, daban señales de que la tierra podría dejar de ser un planeta habitable y había que ampliar horizontes para salvaguardar la especie humana y algunos animales domésticos.
Un lustro después del lanzamiento mi abuela y el resto de las mujeres fueron inseminadas dando lugar a la siguiente generación. El proceso se repetiría años después según el protocolo establecido hasta que cada mujer tuvo 4 descendientes. Con esta nueva generación, a su madurez, se repitió el proceso dando lugar a la mía.
Mis hijos tendrán la suerte de poder engendrar su propia descendencia con libertad. La variedad genética alcanzada ya será suficiente para garantizar la supervivencia de la población sin necesidad de reproducción programada.
La Nochebuena se anuncia un poco agitada, estamos atravesando los anillos de Saturno y sufriremos algunos cambios bruscos de trayectoria. Afortunadamente es una zona muy bien cartografiada y no se esperan sorpresas, por lo que podré activar el piloto automático y cenar con la familia; mis padres, mi esposa y mis 4 hijos, 2 niños y 2 niñas, como mandan los protocolos.
Para la Nochevieja estimo que habremos alcanzado la superficie del planeta y celebraremos la entrada en el nuevo año posados sobre tierra firme. Los buenos deseos de año nuevo con mayor incertidumbre que nunca, todos esos propósitos en un planeta que deberíamos convertir en menos hostil para nuestra capacidad de supervivencia.
Comenzaremos a crear un espacio habitable para el resto de las expediciones que están en camino. Si todo ha funcionado como se esperaba, cada 5 años habrá partido una nave, por lo que para la mayoría de ellas ya no hay vuelta atrás si no conseguimos sobrevivir aquí. Las comunicaciones tardan años en alcanzar su destino y aunque avisáramos, el mensaje llegaría demasiado tarde.
Mi niña pequeña querrá que le lea un cuento navideño antes de dormir. Usaré alguno de los que trajimos adaptados de la tierra, pero ahora, que estamos tan cerca de nuestro objetivo, Papá Noel de nuevo vivirá en el Polo Norte y los Reyes Magos otra vez vendrán de Oriente. Hasta ahora, a los niños se les contaba que estaban escondidos en el almacén 69, un lugar prohibido porque es donde guardamos el uranio que nos propulsa.
A las puertas del siglo XXII estamos cerca de ser los primeros humanos sobre el planeta de los anillos, pero intentaremos que la Navidad nos acompañe siempre en nuestros corazones sea cual sea la tierra que pisemos.