Diversión en la playa
Vacaciones. Todo un año currando
como un campeón y por fin había llegado el día de olvidarse de todo y
relajarse. Este año no tenía compañía, pero aun así, reservé unos días en la
playita para ver el mar y coger un poco de moreno. Así que ahí va, el diario de
un soltero en vacaciones, casi como en los viejos tiempos, en nuestras primeras vacaciones.
DÍA 1: PROSPECCIÓN VERANIEGA
Todo buen cazador sabe que el mejor momento para cobrar
una pieza es sorprenderla cerca de los
abrevaderos, donde tiene que ir tarde o temprano. Por este motivo, en el
comedor, yo me coloqué en un lugar estratégico cerca del mostrador de las
ensaladas, donde irían las mujeres jóvenes y hermosas que cuidan su figura,
pensé yo.
¡Pues no hubo suerte!, las horas
de comida del hotel resultaron un caos de niños, padres y madres, abuelos y
familias en general. Entre aquella muchedumbre era imposible distinguir, las
madres jóvenes con 3 churumbeles y marido esperando en la mesa, hijas de buen
ver acompañando a sus padres ancianos, grupos de amigas solteras y disponibles,
novias de chicos celosos, divorciadas de vuelta al mercado… y es que, la hembra
ibérica se mimetiza entre la manada con maestría inigualable (volver a leer
este última frase con la voz de nuestro querido Félix Rodríguez de la Fuente)
DÍA 2: YA TRIUNFANDO EN EL HOTEL
Uno de los mayores inconvenientes
de estar solo en la playa, es que no tienes a nadie que te de crema solar en la
espalda. No es falsa modestia, pero yo todavía me conservo joven y flexible,
con lo que me apaño más o menos bien para rebozarme todo el cuerpo.
Así que estaba yo frente al mar,
haciendo contorsiones para llegar a todos los rincones de mi espalda, cuando
escucho una voz que se ofrece a ayudarme. ¡Qué éxito!, ¡mi primera mañana en la
playa y ya triunfando! pensareis, pero no, no se pudo cantar victoria, la
persona que amablemente se ofreció… ¡ERA UN TÍO!, así que rechacé su
ofrecimiento y me puse los cascos rápidamente no fuera que quisiera conversación.
Eso sí, al menos era el más guapo de los 3 con aspecto afeminado que estaban tumbados
por allí.
No era esta la pasión de verano que estaba buscando, no.
DÍA 3: HUMORISTAS SIN FRONTERAS
Como suele ser costumbre en
muchos hoteles, por la noche hacen algún tipo de espectáculo. Aquella noche
había un monologuista y decidí a ver si me reía un poquito. El tipo era un humorista argentino. Bajito,
rechonchete y con pelos de tarado que sobresalían del bombín que tenía puesto.
A pesar de su aspecto cómico, sus gracias apenas conseguían arrancar unas leves
risas. Meterse con el público es un recurso muy socorrido. Los humanos somos
así de desgraciados, nos hace más gracia la burla de alguien cercano que los
mismos chistes del amigo de Montevideo, porque imagino que para un argentino,
los chistes de uruguayos serán como aquí los de Lepe.
Como soy tímido y vergonzoso, me
había sentado en una mesa del fondo, pero a pesar de ello, me convertí en víctima de “jodío” humorista que hacía chistes
malos en español y que perdían su poca gracia cuando los traducía con su inglés
chabacano.
-Y vos ¿Cómo os “llamás”?, what
is your naaameeee?
-Pedro- respondí, no tuve tiempo
ni de pensar en un nombre falso.
¿Qué “hacés” aquí solo? ¿Os acercásteis a vuestra
compañera y os dijo que tenía jaqueca? Headache, headache, out, out.- fue su
traducción acompañada de gestos tontos.
El público se rió un poco, más
que por el chiste malo por la cara de circunstancias que puse yo.
-O quizás … ¿al que le dolía la
cabeza era …al compañero? Que vos “tenés” cara de…
-No, no, no. Ni hablar. Que a mí
me gustan las mujeres más que a un tonto un caramelo, pero es que he venido
solo de vacaciones.
-Que “habés” venido sólo de
vacaciones, pero a qué más “querés” venir, ¿a ligar? ¿a un hotel familiar? “Sos”
un pelotudo.
Esta vez hubo alguna risa más,
pero solo entre los nacionales porque eso ni se molestó en traducirlo
-Vale, ya entiendo, “querés”
decir que vos viniste sin compañía. Si es que además de un hombre atractivo,
debajo de este sombrero hay mucha materia gris- dijo mientras levantaba su
sombrero dejando al aire sus cuatro pelos alborotados.
-Pues esto es algo que no
entiendo, un hombre bien parecido como vos- comentó mientras tiraba de mi brazo
para que me pusiera de pie.-“Podés” aprovechar estos momentos para
promocionaros a ver si entre nuestro público aparece alguna candidata-
-No, no, no me hace falta-
respondí intentando mostrar que no me estaba tocando las pelotas aquél
argentino, que como sería el peor de su clase con el balón y tampoco pudo
convertirse en psicoanalista, se había quedado en humorista sin gracia.
-Si además de buen parecido,
parece que vos “manejás”. “Tenés” un cocodrilo en lugar de pezón- risas -Y
parece que “sos” un tipo aseado, no os canta el alerón- dijo mientras me
levantaba el brazo y hacía el gesto de oler mi sobaco. -“Contame, contame”,
¿por qué venís solo?-. Y me puso el micro en la cara.
Como ya estaba hasta los
mismísimos de aquella humillación, e imaginación no me falta, le di lo que
buscaba… una buena respuesta.
-Venga te cuento la verdad. Mi
mujer y yo nos conocimos en esta playa- dije mientras señalaba al mar.-Ahora he
venido, he venido… a esparcir sus cenizas.
El silencio que se hizo en el
auditorio fue intenso. Creo incluso que alguno de los bebés dejó de llorar. El
argentino se empequeñeció un poco más,
su cara sonrojada casi se oculta dentro
del bombín. Sin saber qué decir y con movimiento lento se dirigió hacia
el escenario, balbuceando algunas palabras inconexas para intentar reconducir
su actuación. Pasados unos segundos y cuando ya no podía contenerme, grité:
-Qué te la he colado, es una
broma ¡pringao!
Y entonces se pudieron escuchar
las mayores carcajadas de toda la noche.
DÍA 4: ¿MI FAMA ME PRECEDE POR TODA LA COSTA?
Uno de mis mejores amigos, que
vive a mitad de camino de la playa y mi casa, me invitó a pasar a verle para no
conducir todo el camino de un tirón. Como soy así de cumplidito, y no me gusta
presentarme en casa ajena con las manos vacías, busqué algo que llevar para su
niña de 5 años. La tienda del hotel no daba para mucho, así que opté por
comprar una camiseta veraniega. Reconozco que no soy un entendido en tallas de
niños y cuando vi que en las etiquetas ponía 6/12, tuve mis dudas.
A mi lado
había una señora con un niño de más o menos la misma edad que la niña de mi
amigo, así que le pregunté cómo iban. Ella me miró, y con un acento andaluz, me
respondió más seca que la mojama, también muy andaluza: “creo que son los
meses, pero pregunta a la dependienta que es muy simpática y te atenderá muy
bien” ¡Madre mía!, para que luego digan que los castellanos somos secos, aunque
luego pensé que quizás me conociera de la noche anterior y pensara que quería
ligar con ella, pero nada más lejos de la realidad, simplemente pensé que
teniendo un niño, lo sabría.
DÍA N, N+1 …: RESTO DEL VERANEO SIN PENA NI GLORIA
Y así es como transcurrieron el
resto de los días, sin pena ni gloria. Mucho sol, largos paseos por la orilla,
mucha lectura y mucho, pero que mucho viento, que este verano se deben haber
dejado la puerta abierta en el estrecho. Por suerte, ningún niño tonto de esos que
buscan pokemons me pasó por encima
mientras estaba tumbado, y las fotos, pues son un poco sosas, o paisajes o “selfies”,
que al gay de la crema no se las iba a pedir.
Ya sé que es un poco triste
marcharse solo de vacaciones, pero aún más triste es, depender de una mujer
para tenerlas.
Pero como el verano llega sin faltar a su cita cada año, ya habrá nuevas ocasiones de disfrutar de la playa, del mar y del sol.