De hombres y mujeres
Creo que aquí, nadie se
equivocaría de puerta.
Hace ya tiempo, que los bares y
restaurantes modernos, dejaron como
obsoletas las típicas figuritas del hombre y la mujer para indicar cuál
es el baño de cada sexo, y se enfrascaron en una serie de modernidades que
llegan incluso a confundir.
Yo, en caso de duda, si está la puerta abierta me
asomo un poco a ver si tienen el típico mingitorio (meadero de pared) para
salir de dudas.
El hecho de que la puerta esté abierta también es indicativo de
que es el de hombres y si la tapa está levantada ya no queda duda alguna. Lo de
que no haya papel en el portarrollos no es señal relevante, porque el
responsable de que no falte es el encargado del local y no los hombres que lo
usamos. Además el encargado puede que incluso sea mujer.
¿Y cual es el de hombres?...que no estoy para adivinanzas
En un restaurante me encontré con
unos dibujos muy estilizados y difíciles de descifrar, de una cuchara y un tenedor.
Me paré un rato a pensar, que aquello me pareció uno de los jeroglíficos del
periódico. Deduje acertadamente, que la cuchara era el de las mujeres y el del
tenedor el mío.
Parece sencillo eh! Pero ahora imaginemos que, en España, país
al que visitan cada año 80 millones de turistas, un guiri tiene un apretón y va
corriendo al baño. Si en su idioma no coinciden el género, y como para ir al
baño imagino que no llevará el diccionario, al pobre le liará un poquito.
Mismamente en francés, el tenedor es femenino (la fourchette).
Y en el mundo robotizado al que vamos, ¿tendremos robot y "robota" para poner en las puertas de los servicios?
Este es el de hombres o de mujeres...saca el diccionario
En otro local me encontré un par
de angelitos. ¿pero no habíamos dicho que los angelitos no tenían sexo? Pues a
estos se lo habían puesto. La diferencia era bastante sutil, la angelita tenía
unas coletas pequeñitas.
Yo por si acaso empleé el truco de antes, empujar un
poquito la puerta y mirar. Esto me
recuerda lo siempre dice un amigo, que es
que él desde que se casó es un angelito. “eso por qué, ¿porque te
comportas como un bendito?”, “qué va, es que desde que me casé ¡ya no tengo
sexo!” Es que el tema está muy mal.
Fue él, el que me llevó al sitio de moda, donde las puertas tenían unas
tijeras y un destornillador, todo ello de diseño, “pues sí que es moderno este
sitio pensé, ¡que tienen baño incluso para lesbianas!
Los angelitos no tienen sexo...pues yo voy camino de serlo
Esto en los restaurantes, pero
¿cómo serán los baños de los partidos políticos? En la sede del partido
comunista no lo tienen que pensar mucho, una hoz y un martillo.
Los sindicatos
también lo tenían así, pero últimamente lo identifican antes si les pones una
cigala y un bogavante.
Los socialistas igualmente bien claro, el puño para
ellos y la rosa para ellas, salvo los catalanes, que como tienen que ser
distintos, tendrán un caganet y una caganeta.
En Podemos, baño único, ¡por un
mundo no sexista!
Baño unisex, como dicen los estatutos del partido
En la sede de Ciudadanos,
pues una foto de Albert y otra de Inés, que son los que están en todas las
salsas. En la del PP, pueden tener una gaviota y un “gavioto” pero como
puede que los atributos de este último no sean tan grandes como para
distinguirlo claramente, quizás tengan un sobre y una tarjeta black.
En Vox,
pues algo muy español, el toro y la folclórica, que los pobres han perdido su
lugar sobre los televisores.
Lo que sí es seguro es que en Moncloa, con tanta
ministra, ahora todos los baños son femeninos y los Pedros y Borrell se van detrás de un
seto del jardín. Eso sí, evitando a Marlaska que dicen que les mira la colita.
En peores sitios habrá miccionado el astronauta. ¿Os imagináis lo que debe ser
ir al baño en un entorno de gravedad cero? Yo no me lo acabo de imaginar, pero
seguro que hay que estar con la boca bien cerrada. Lo mismo si se te escapa un pedo, que no se disipa.
Con tanta ministra nunca encuentro el baño libre
Pero no era de temas
escatológicos de lo que quiero hablar yo ahora, sino de la foto que ilustra
esta entrada, de la diferencia entre hombres y mujeres en cuanto a lo que
hablan ellas y lo que hablamos nosotros.
Dicen los psicólogos que una mujer
pronuncia al día en torno a unas 25.000 palabras mientras que los hombres nos
quedamos alrededor de las 8.000. Además, de esas, 7.500, son “si cariño”, “lo
que tú digas”… E incluso existen diferencias por regiones.
En el caso de algunos matrimonios es incluso más exagerado, ella
dice más de 30.000 y él unas poquitas, pero esos son los que se casaron en
gananciales y todo es compartido. En algunos casos, además de decir pocas
palabras, las decimos todas en el trabajo. De hecho, las tarifas de telefonía
deberían ser reducidas para nosotros, total, ¡para el gasto que hacemos!
Yo no digo nada, que lo dice todo mi mujer
Pero mucho mejor a que os lo
cuente yo, es que lo escuchéis de la psicóloga Pilar Sordo, una auténtica
especialista en temas de pareja. Ahí os dejo un par de pinceladas de su
sabiduría, que lo disfrutéis.
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