A reírse de los muertos y sus cosas

 

Hasta que la muerte nos separe…o quizás no

 

 

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Imagen generada con IA

 

Seguro que conoces esa frase célebre de “hasta que la muerte los separe”, pero resulta que hay quien ha pensado que no tiene necesariamente que ser así, que se puede retrasar un poco. No te pierdas estas historias… ¡están de muerte! Y nunca mejor dicho.

 

No está muerto, … es que es muy pálido de piel

Hace poco saltaba la noticia de una mujer brasileña que fue con su tío a sacar dinero de un banco, el equivalente a unos 3000€. ¿Algo normal verdad? La mayoría de las veces así es, pero en este caso la peculiaridad es que el hombre estaba muerto y con muy mala cara.

Así como lo lees. La buena mujer se presentó en el banco con su tío en una silla de ruedas para retirar la mencionada cantidad de dinero.

Lo más gracioso de todo es que, tratándose de un banco había cámaras de seguridad y todo quedó grabado. El tío tenía una pinta de acartonado que daba pena verlo. Yo creo que he visto maniquís con más vida que ese hombre.

El caso es que la mujer intentaba disimular con frases de ánimo como “venga tío, firma aquí, que yo no puedo hacerlo por ti” e incluso le cogía la mano para hacer que era él el que firmaba.

Los empleados del banco estaban un tanto atónitos y le preguntaban a la sobrina si su tío se encontraba bien. Hasta tal punto le vieron un tanto “perjudicado” que llamaron a los servicios de emergencias y acabaron por certificar lo evidente, que el hombre estaba fiambre desde hacía un par de horas.

Ahora la sobrina no solo se quedó sin el dinero, sino que se enfrenta a 2 delitos. Uno por fraude y el otro por profanación de cadáver. Tengo que reconocer que yo tenía otra idea de lo que era eso de profanar un cadáver.

 

Unos muertos muy vivientes

Pero no es la de la mujer brasileña la única historia del mismo tipo. En un pueblo de Japón, una familia logró mantener en secreto la muerte de su padre durante 30 años para seguir cobrando su pensión.

Pero claro, 3 décadas son muchas y el anciano se convirtió en el hombre más longevo de la historia de su localidad, así que las autoridades tuvieron la buena idea de hacerle un merecido homenaje.

El día previsto, el anciano no se presentó a recoger su premio, claro, con esa edad, el pobrecillo tendrá problemas de movilidad, pensaron las autoridades. Entonces decidieron que lo correcto sería ir a su casa para entregárselo en mano.

Así que, las autoridades y la prensa, se presentaron en el domicilio del plusmarquista en longevidad y se toparon con la triste realidad, los restos momificados del hombre y a una familia avergonzada.

Fíjate lo que son los tópicos. Los españoles con fama de pícaros y los japoneses de honrados trabajadores…pues no siempre es así.

Pero tampoco otras nacionalidades se quedan atrás. Una mujer inglesa “estiró” la vida de su madre para cobrar su pensión e incluso llevaba a la oficina correspondiente análisis médicos para justificar que seguía viva.

Supongo que serían los de otra persona con el mismo nombre. Te imaginas que esos análisis tuvieran unos niveles de algo propios de un embarazo … en una anciana.

 

Un poco de alegría que tras la muerte hay herencia

Un hombre sudafricano sufrió un ataque de asma y su familia, que se ve que lo quería un montón, lo dio por muerto sin siquiera avisar al médico.

Llamaron a los servicios funerarios y se lo llevaron a la morgue. Unas horas después se despertó y, viéndose en aquel lugar, muerto de frio y rodeado de cadáveres, comenzó a gritar, haciendo que huyeran despavoridos los empleados de la funeraria.

Por suerte, al rato volvieron y descubrieron que no se trataba de un fantasma. Lo llevaron al hospital, donde permaneció menos horas de las que estuvo dado por muerto. No se sabe si es que se encontraba bien de salud o que quería llegar antes de que sus herederos universales se fundieran la herencia.

 

El funeral al estilo Peret

Pues sí, en Yemen, cuando estaban a punto de enterrar a un hombre que se suponía muerto, este despertó justo a tiempo. Dicen las crónicas periodísticas que después de la primera palada de tierra.

Imagínate la sensación, te despiertas por un ruido…y es el de la tierra cayendo sobre tu propio ataúd. Hay ocasiones en que se agradece ser de sueño ligero.

El caso es que, ya que estaban allí todos los familiares y amigos reunidos, pues decidieron hacer una fiesta para celebrar la resurrección. Aunque de colores un poco tristes, seguro que incluso estaban vestidos con sus mejores modelitos.

Así que como dice la canción, no estaba muerto, es que estaba de parranda.

 

Declaración de herederos…el que llegue primero tras la muerte

¿Para qué le sirven a un muerto sus pertenencias? Pues eso debieron pensar en el hospital al que llevaron “fallecido” a un conductor tras un accidente.

Cuando llegó su mujer se lo encontró en una camilla con el informe de su propia autopsia en la mano. Parece ser que cuando estaban a punto de abrirle para determinar la causa de la muerte, un médico se dio cuenta de que sangraba por la cara.

Entonces decidieron coserle la herida, pero como estaba “muerto” pensaron que no sería necesaria anestesia y se despertó del dolor.

Ya ves, ni desfibrilador ni pamplinas, unas agujas “mágicas” y vuelves a la vida a toda prisa.

Eso sí, una vez se pasó la alegría de encontrarse vivo, tuvo que asumir que le habían desplumado. Seguro que se alegró de no tener muelas de oro.

 

Que no me pille la muerte sin las tareas hechas

Es lo que debió pensar una anciana china que fue encontrada por su vecino desplomada en su casa. Viendo que estaba muerta y, siguiendo la tradición china, la colocaron en un ataúd abierto en su propia casa para que “descansara” unos días antes de su entierro.

El caso es que cuando entraron a verla un día antes del funeral se encontraron el ataúd vacío y a la mujer en la cocina. Dijo que se había despertado y, como tenía hambre se había puesto a prepararse algo.

Eso sí que es una abnegada ama de casa, porque la encontraron en la cocina, pero seguro que antes se había dedicado a limpiar el polvo, hacer las camas, ir a por el pan…

Yo voy a pedir que me entierren según el rito chino. Unos cuantos días en casa tranquilamente en el ataúd y, cuando comience a desprender olor, ya que me lleven a la fosa, no antes.

 

 

Así que ya ves que eso de que “hasta que la muerte os separe” no siempre es del todo cierto, hay quién intenta alargarlo un poquito más. Si conoces algún caso similar, no te cortes, cuéntanoslo en comentarios.

 


 

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